Un reciente informe de DNV titulado «Maritime Forecast to 2050» subraya la importancia del desarrollo tecnológico para lograr la reducción de emisiones en el sector marítimo, alineada con los objetivos de la Organización Marítima Internacional (OMI). Según el informe, alcanzar la meta de descarbonización para 2030, que busca reducir las emisiones en un 20%, depende de la implementación de tecnologías que disminuyan el consumo de energía en la industria.
El estudio señala que el transporte marítimo necesitará entre 7 y 48 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep) de combustibles neutros en carbono para cumplir con los objetivos de la OMI. No obstante, se anticipa que la producción global de estos alcanzará solo entre 44 y 63 Mtep en 2030, lo que dificulta que el sector marítimo obtenga la cantidad necesaria. En este contexto, normativas como el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión (EU ETS por su sigla en inglés) y FuelEU Maritime comenzarán a imponer costos adicionales, obligando a armadores y gestores a explorar soluciones para reducir el consumo de combustible.
Más problemas, pocas soluciones
El informe también advierte sobre el aumento significativo de los costos del transporte debido a la descarbonización. Las proyecciones muestran que estos podrían incrementarse entre un 69% y un 75% para los graneleros, entre un 70% y un 86% para los tanqueros, y entre un 91% y un 112% para los portacontenedores. Este aumento de costos podría trasladarse a la cadena de valor, repercutiendo en los usuarios finales.
Entre las soluciones planteadas, se señala que las medidas de eficiencia energética podrían reducir el consumo de combustible entre un 4% y un 16% para 2030, lo que equivaldría a una reducción de 120 millones de toneladas de emisiones de CO2. Además, el informe menciona la captura de carbono a bordo (CCO) como una opción efectiva, aunque requiere un desarrollo considerable en la infraestructura de manejo de CO2.
Finalmente, DNV resalta el papel creciente de la digitalización en la optimización energética y la colaboración sectorial, considerándola fundamental para establecer acuerdos que incentiven el ahorro de energía y apoyen la descarbonización del sector marítimo.