Fábricas chinas sufren impacto por alza de aranceles de Trump

abril 12, 2025

Escrito por: Redacción Logística 360

La subida de aranceles de EE.UU. genera incertidumbre en fábricas chinas, con cancelaciones de pedidos, menor demanda y presión sobre la producción textil.

La reciente subida arancelaria decretada por el presidente Donald Trump, que eleva los impuestos sobre productos chinos hasta el 145%, ha generado una fuerte ola de incertidumbre en las fábricas del sudeste de China, especialmente en el sector textil.

En regiones industriales clave como Cantón, las pequeñas y medianas manufactureras enfrentan cancelaciones de pedidos, menor demanda y suspensión temporal de operaciones, mientras evalúan el impacto de las nuevas tarifas comerciales.

Textiles en crisis: cancelaciones y cierre temporal

Las fábricas textiles han sido las más golpeadas. Empresas con décadas de operaciones orientadas al mercado estadounidense reportan oleadas de pedidos cancelados sin compensación. Algunas han optado por detener actividades mientras esperan claridad sobre la regulación comercial.

«Si no exportamos, no hay trabajo», afirma Ling Meilan, copropietaria de una pequeña fábrica de camisas en Cantón. Sus trabajadores cosen sin descanso bajo luces fluorescentes, aunque ella se enfoca en el mercado local.

Fábricas vecinas, centradas en el mercado estadounidense, no corren la misma suerte. Varias han paralizado sus operaciones, a la espera de soluciones. Una gerente, de apellido Yao, afirmó que su empresa vendía principalmente a Amazon. Ahora, los pedidos han disminuido considerablemente.

«Si los aranceles son muy altos, dejaremos ese mercado», aseguró Yao.

Los aranceles llegan en un momento complicado para la industria china. Incluso antes de estas medidas, ya existía un exceso de capacidad en las fábricas. A nivel interno, los consumidores son cada vez más cuidadosos con sus gastos, tras perder grandes sumas en el desplome del mercado inmobiliario.

Equipos industriales: resiliencia parcial

La presión no se limita a las textiles. También las fábricas de maquinaria están en alerta. Aun así, algunas podrían resistir mejor. Elon Li, dueño de una fábrica de equipos de cocina en Cantón, se muestra más optimista.

«Todos mis competidores están aquí cerca. Nadie fuera de China fabrica estos componentes con nuestros precios», señaló, mostrando un interruptor impermeable.

Li añadió que sus competidores en Japón o Europa venden equipos similares, pero diez veces más caros. Además, el acero —su principal insumo— es más barato en China debido al colapso de la construcción.

A pesar de las dificultades, los costos laborales no han bajado. Gerentes de fábricas reconocen que los trabajadores no aceptan reducciones salariales, y la baja natalidad limita el ingreso de mano de obra joven, lo que añade presión estructural al modelo industrial chino.

Aun así, muchos empresarios mantienen la confianza en el potencial de recuperación.

“Nuestro país se está fortaleciendo. Tengo confianza en China y en lo que viene”, concluyó Ling.

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