Gestión logística ante las distorsiones en la cadena de suministro de la comida rápida

julio 11, 2024

Escrito por: Redacción Logística 360

El objetivo principal en esta logística interna es mantener la cadena lo más estable posible. La clave está en la consistencia y en desarrollar una dinámica que responda de manera efectiva a las necesidades comerciales, sin sacrificar la calidad ni la eficiencia.

La logística es esencial en la cadena de suministro de la comida rápida pues de ella depende que los productos lleguen de manera eficiente y oportuna a los clientes. Sin embargo, hay algunos retos que se deben vencer para que esto sea así siempre.

En esta línea, uno de los mayores desafíos en la cadena de suministro de comida rápida proviene de las distorsiones, ya sean internas, como por ejemplo las promociones, o externas, como pueden ser los incidentes climáticos inesperados, precisa Ernesto Avendaño, Director Corporativo de Cadena de Suministro.

Logística interna

En la logística interna de algunos productos de comida rápida influye el manejo de un gran volumen de papas, lo que requiere de un trabajo diario por mejorar su gestión, indica Avendaño.

«Estos productos son estacionales pero se consumen durante todo el año. La papa se cosecha en diciembre en el norte y en enero, febrero, marzo y abril en otras regiones, y es un producto que requiere un almacenamiento controlado cuando se tiene que mantener por largos periodos. En este sentido, constantemente nos esforzamos para equilibrar una demanda que tiene un ciclo de producción específica», explica.

Agrega que el objetivo principal en esta logística interna es mantener la cadena lo más estable posible. La clave está en la consistencia y en desarrollar una dinámica que responda de manera efectiva a las necesidades comerciales, sin sacrificar la calidad ni la eficiencia.

Logística externa

La cadena de suministro también se enfrenta a acontecimientos locales y globales que afectan la logística. Eventos como la pandemia y las disrupciones en el Canal de Suez han tenido un impacto significativo en las cadenas de suministro globales, subraya Ernesto Avendaño.

«A nivel local, cada país en América Latina enfrenta sus propios desafíos, como la inflación en Argentina o los diferentes esquemas impositivos en Brasil. Adaptarse a estos desafíos requiere una combinación de eficiencia operativa y flexibilidad estratégica», dice.

Ante esta situación, apunta que en cada país se debe sumar eficiencia desde la gestión logística según su realidad. Aclara que cada país en América Latina presenta sus propias particularidades en términos de logística y comercio. Por ejemplo, en Brasil o Argentina, el 90% de los productos son locales, mientras que en otros países existe una mayor dependencia de las importaciones.

Al respecto, sostiene que una estrategia podría ser desarrollar proveedores locales, siempre que sea posible, priorizando su producción para garantizar frescura y reducir los tiempos de entrega. Esto no solo apoya las economías locales, sino que también mejora la eficiencia operativa al reducir la dependencia de largos tiempos de transporte.

«Desde mi perspectiva, la eficiencia en las operaciones logísticas es fundamental. La logística no debe ser rápida, sino tener ritmo y estar bien estructurada. La eficiencia no solo se mide en términos de velocidad, sino en cómo gestionar los procesos de manera integral. Por ejemplo, en la distribución de productos en ciudades congestionadas como Buenos Aires, San Pablo o el Distrito Federal en México, es esencial planificar las entregas en horarios específicos para minimizar el impacto en el tráfico y mejorar la eficiencia», resalta.

Última milla

Mirando hacia el futuro, hay una evolución en la cadena de suministro, donde el poder se está desplazando de los fabricantes y minoristas tradicionales hacia los distribuidores de última milla. En este contexto, ser eficiente se vuelve aún más crucial. La eficiencia no solo permite competir en un mercado saturado, sino que también es esencial para adaptarse a cambios rápidos y demandas fluctuantes.

«Por otro lado, en la última milla es una falacia creer que la entrega es gratis. En esta competencia por ganar consumidores, se confunde al cliente haciéndole pensar que el servicio de entrega no tiene costo. Los logísticos enfrentamos esta falacia creada por el marketing, de hacer creer que lo que en realidad tiene un costo muy significativo es gratuito», menciona.

«En resumen, la logística en la industria de la comida rápida es un campo complejo que requiere una combinación de eficiencia y adaptación. A pesar de los desafíos, es posible mantener una cadena de suministro eficiente y eficaz mediante la planificación estratégica, el desarrollo de proveedores locales y un enfoque constante en la mejora continua. De esa forma, no solo se asegura la calidad de los productos, sino que también se fortalece la posición en el competitivo mercado de la comida rápida en América Latina», remarca.

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