En ciertas ocasiones ocurre que un producto o bien debe retornar a su punto de origen porque tiene algún desperfecto, no es el correcto, no llegó a su destino, etc., o porque no hubo nadie quien lo reciba (en el caso del consumidor final).  Es así que se da inicio a toda una cadena de logística hacia atrás, conocida como logística inversa.

La logística inversa implica una serie de procesos logísticos orientados a retornar el producto hasta su origen, hasta el punto de venta, distribuidor y potencialmente hasta el fabricante, para luego pasar por nuevos procesos que incluyen el reciclaje, la restauración o la reventa.

Una vez que el producto retorna a alguno de estos puntos, lo que se busca, como parte de los objetivos de la logística inversa, es recuperar su valor, reciclarlo, repararlo, refabricarlo, volverlo a vender o desecharlo, dependiendo de la condición de la mercancía devuelta.

Algunos ejemplos comunes de logística inversa incluyen la devolución de productos defectuosos o dañados, la recolección de envases y empaques para su reciclaje y la reutilización de productos viejos o usados para poder fabricar nuevos productos, entre otros.

En ese sentido, la logística inversa puede incluir una variedad de actividades, como la recolección, el transporte, el almacenamiento, el tratamiento y la disposición final de los productos

¿Por qué es importante?

Pese a que lo ideal es tener el menor número de devoluciones, ya muchas empresas aplican logística inversa y le dan un alto valor como parte de sus estrategias, por los diferentes beneficios que ello implica, como construir una relación con clientes, repetir compras, y minimizar las pérdidas relacionadas con las devoluciones.

La implementación de la logística inversa puede generar aún más ventajas dependiendo de la industria, del proceso que se les dé a las mercancías devueltas y de los productos que se manejen. Algunos son los siguientes:

Minimizar el impacto ambiental: La reutilización de materiales en los procesos de fabricación ayuda a evitar el uso indebido de materias primas sin procesar y requiere menos energía. Esta práctica beneficiará directamente a la sociedad en su conjunto.

Mejorar la imagen corporativa y la satisfacción del cliente: Existen importantes ventajas competitivas para las empresas que utilizan la logística inversa. Cada vez son más los clientes interesados ​​en hacer negocios con empresas comprometidas con el medio ambiente.

Descubra nuevas formas de reelaborar materiales: Recuperar el valor monetario de los artículos que fueron rechazados puede abrir nuevas oportunidades comerciales. Los outlets son un buen ejemplo, especializados en vender productos de la última temporada o con pequeños desperfectos a precios inferiores a los habituales.

Reutilizar componentes: Las empresas pueden aprovechar componentes de productos antiguos o dañados para la fabricación de nuevos productos. Esto no solo reduce los costos de producción, sino que también reduce la cantidad de residuos generados.

Gestionar residuos peligrosos: Las empresas pueden implementar procesos de logística inversa para la gestión adecuada de los residuos peligrosos generados en su producción, como pilas, baterías, cartuchos de tóner, entre otros.

Control de stock: La logística inversa supone una mejor organización del stock, que frena el alojamiento de productos obsoletos y minimiza posibles errores.

Todas estas ventajas repercuten positivamente, reduciendo costos, mejorando la imagen de la marca, fidelizando clientes y, finalmente, aumentando las ventas y maximizando ganancias.

Enfocarse en la logística inversa no es idealmente lo que buscan las empresas, pero muchas son conscientes de las ventajas de competitividad que pueden generar si la aplican, y por eso cada vez más empresas la incorporan como parte de sus servicios, buscando formas innovadoras y eficientes de llevarla a cabo.