Escrito por: Antonio Arranz. CEO de DHL EXPRESS México

Tanto los clientes con conciencia ecológica como las políticas gubernamentales están ejerciendo una presión creciente sobre las empresas para que adopten prácticas más sostenibles.

Actualmente, la responsabilidad social y el impacto medioambiental de las empresas están adquiriendo una creciente relevancia entre los clientes de todos los sectores: se valora positivamente a aquellas compañías que tienen una visión orientada al futuro, que van más allá de la búsqueda de ganancias y consideran aspectos más amplios en su negocio.

La tendencia hacia una mayor sostenibilidad es particularmente significativa entre los grupos demográficos más jóvenes, quienes están cada vez más conscientes del impacto ecológico en sus decisiones de compra. Las nuevas generaciones priorizan un tipo de consumo sostenible que radica en su conciencia ambiental, su sentido de responsabilidad generacional, el acceso a la información, su empoderamiento de participación en movimientos y campañas medioambientales, así como en su identificación con valores personales para contribuir a un mundo mejor.

Tanto los clientes con conciencia ecológica como las políticas gubernamentales están ejerciendo una presión creciente sobre las empresas para que adopten prácticas más sostenibles en todos los aspectos de su negocio. El primer paso crucial para que una organización pueda avanzar hacia una logística sustentable es realizar un análisis detallado de sus procesos y operaciones para identificar el impacto ambiental que genera en su cadena de suministro.

Optimizar la logística hacia una gestión ambientalmente responsable y sostenible traerá una reducción de costos y una mejora de la reputación empresarial. Para lograr prácticas ambientales más sostenibles, las organizaciones pueden integrar acciones puntuales en sus cadenas de suministro, tales como:

– Uso de energías renovables: la integración de energía derivada de fuentes naturales como paneles solares o turbinas eólicas ayuda a reducir la dependencia de combustibles fósiles y disminuir las emisiones de carbono en diversas operaciones.

– Gestión de residuos y reciclaje: implementar prácticas de gestión de residuos, para su correcta separación, disposición y reciclaje tanto en las instalaciones propias como en las de sus socios, reduce la cantidad de desechos en la cadena de suministro.

– Optimización de cargas y de rutas: al maximizar la capacidad de carga de los vehículos se disminuyen las distancias recorridas, la cantidad de viajes y se evita la duplicación de rutas; por lo tanto, se disminuye la emisión de gases contaminantes.

– Uso de transporte eficiente y de bajas emisiones: la adopción de vehículos híbridos o eléctricos en la logística contribuye a la reducción de emisiones y a la sostenibilidad ambiental. Cada vez más empresas están incorporando camiones y furgonetas eléctricas en sus flotas de distribución urbana.

– Transporte multimodal: la planificación cuidadosa y la coordinación entre los diferentes modos de transporte, como la combinación de camiones, trenes y barcos, puede ser más eficiente y menos contaminante en comparación con el transporte exclusivo por carretera.

– Uso de embalajes sostenibles: las cadenas de suministro pueden promover la utilización de materiales reciclables, biodegradables o reutilizables e implementar procesos para evitar el exceso de embalaje innecesario.

– Colaboración con proveedores sostenibles: es benéfico evaluar y seleccionar proveedores que cumplan con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) y fomentar la adopción de mejores prácticas empresariales responsables.

En general, la sociedad está reconociendo la importancia de proteger el medio ambiente y está exigiendo cambios significativos en la forma en que se gestionan los recursos y se llevan a cabo las actividades comerciales.

La logística verde y sustentable no es simplemente una moda pasajera. Los temas relacionados con el enfoque ESG (Enviromental, Social and Governance) son ahora una parte fundamental de las agendas públicas, empresariales y de los consumidores. Por lo tanto, no debería sorprender a nadie que exista una creciente demanda por parte de todos los actores involucrados en la cadena de suministro, por contar con un medio ambiente más limpio, saludable y seguro.

Fuente: Expansión