Montacargas con litio: eficiencia y retorno logístico

junio 30, 2025

Escrito por: Redacción Logística 360

La tecnología de litio redefine la productividad, sostenibilidad y costos en operaciones logísticas con alto rendimiento y menor TCO.

En el contexto actual, donde la eficiencia, la sostenibilidad y el control de costos son prioridades clave, los montacargas con baterías de litio representan una de las innovaciones más relevantes en operaciones logísticas. Su impacto trasciende lo operativo y se alinea con las metas corporativas más exigentes.

Según el reporte Electric Forklift Market Size, Share & Growth Report, 2030 de Grand View Research, el mercado mundial de montacargas eléctricos alcanzó los USD 45 013 millones en 2023 y podría superar los USD 112 870 millones en 2030, con un crecimiento anual del 14 %. Dentro de este segmento, los equipos con baterías de litio avanzan con fuerza, gracias a su recarga acelerada, baja mantención y operación libre de emisiones.

Liliana Vásquez Mindreau, Jefa de Ventas de Almacenes y Cadena de Suministro, comparte su perspectiva sobre esta evolución, destacando los beneficios tangibles y los criterios estratégicos que convierten esta tecnología en una verdadera ventaja competitiva.

Desempeño técnico y financiero: mayor disponibilidad y reducción del TCO

Para Vásquez, migrar hacia montacargas con litio es una decisión estratégica con efectos operativos y financieros concretos. Uno de los beneficios principales es la reducción de tiempos improductivos: estos equipos alcanzan cargas completas en 1 a 2 horas, frente a las 8 horas más enfriamiento que requieren las baterías convencionales.

Además, su vida útil puede duplicar o triplicar la de las baterías tradicionales, lo que permite ahorrar en reemplazos y mantenimientos, generando una operación más rentable en el mediano plazo.

Liliana Vásquez Mindreau, Jefa de Ventas de Almacenes y Cadena de Suministro.

Aunque la inversión inicial es mayor, Vásquez destaca que el análisis debe enfocarse en el costo total de propiedad (TCO). Esto incluye:

  • Menores requerimientos de mantenimiento
  • Menor consumo energético
  • Mayor eficiencia operacional

También menciona tecnologías emergentes como las baterías de sodio ion, que aún en fase de desarrollo, podrían aportar mejoras en desempeño, costos y seguridad en ciertas aplicaciones logísticas futuras.

Implementación alineada al negocio: factores clave

Adoptar esta tecnología no se limita a adquirir nuevos equipos. Requiere una evaluación integral del entorno operativo. Vásquez sugiere revisar aspectos como turnos, ciclos por hora y la necesidad de disponibilidad continua.

En operaciones intensivas, la carga de oportunidad marca la diferencia, al permitir recargas durante pausas sin duplicar flota. También deben considerarse:

  • La capacidad de la infraestructura eléctrica
  • La compatibilidad con los sistemas actuales de gestión

En muchos casos, las empresas rediseñan layouts para maximizar la eficiencia operativa y la autonomía de los equipos.

Un factor crítico es la selección del proveedor. Contar con soporte técnico ágil, disponibilidad de repuestos y formación continua marca la diferencia entre una inversión exitosa y una operación limitada.

KPI mejorados: productividad, ahorro y confiabilidad

Los montacargas con baterías de litio generan un impacto directo en indicadores clave. La disponibilidad operativa mejora, reduciendo tiempos muertos por carga o fallos. Esto incide en la productividad y facilita una mejor planificación.

Respecto al TCO, Vásquez enumera beneficios como:

  • Reducción de mantenimientos
  • Menor rotación de baterías
  • Consumo eléctrico más eficiente
  • Eliminación de salas de carga

El resultado: una operación más sostenible, flexible y económicamente optimizada, donde los KPI reflejan rendimiento técnico y madurez operativa.

Sostenibilidad logística y reputación corporativa

En un entorno donde los compromisos ESG son cada vez más relevantes, esta tecnología aporta de forma concreta a las metas ambientales. Los equipos eléctricos con litio eliminan emisiones locales, reducen la huella de carbono y minimizan la exposición a sustancias contaminantes.

Además del impacto ambiental, existe un efecto reputacional positivo. Clientes y socios valoran el compromiso ambiental en toda la cadena de suministro. “Invertir en litio no solo mejora procesos, también fortalece la percepción corporativa y el posicionamiento frente al mercado”, indica Vásquez.

Conclusión: adoptar montacargas con baterías de litio no es solo una actualización técnica. Es una apuesta por la eficiencia, la sostenibilidad y la competitividad en un entorno logístico cada vez más exigente.

Lee el artículo completo en la edición 54 de Logística 360, págs. 52-54: https://logistica360.pe/nuestras-ediciones/

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