En el mercado logístico existe un tipo de almacén particularmente especial que está construido por medio de las mismas estanterías metálicas que lo componen, las cuales soportan no solo la carga almacenada sino también la carga de los cerramientos exteriores del almacén, así como las fuerzas externas como el viento o la nieve.

Conocidos usualmente como almacenes autoportantes, o también autosoportados, la principal característica de estos centros logísticos es que la estantería forma parte de la estructura del edificio; es decir, es la estructura de soporte para el techo, cierre perimetral y todos los elementos propios de un galpón.

Por ello, pueden estar formados por cualquier tipo de sistema de almacenamiento. Para su construcción, se pueden usar estanterías de sistema selectivo, sistema acumulativo, sistemas dinámicos, por ejemplo.

En su construcción, lo primero que se hace es levantar las estanterías; posteriormente, se realiza el cerramiento exterior de la estructura hasta configurar definitivamente el almacén. De esa manera, se evitan los costos de obra civil que supone la construcción de una nave convencional.

No obstante, esto no evita que estén sometidos a altos estándares de seguridad y calidad propios de las estructuras de acero y aluminio.

Asimismo, debido a que se caracteriza por ser un sistema de almacenaje de gran altura, es especialmente implementado para el aprovechamiento máximo del espacio, uno de los indicadores y objetivos más importantes que busca una empresa al implementar y operar un almacén.

Los más altos pueden llegar hasta 40 metros y requieren de sistemas automáticos como los transelevadores.

El almacén autoportante está muy ligado a la automatización pues, en la mayoría de casos, opera con sistemas automáticos y equipos robotizados que se encargan de mover las mercancías a través de los pasillos del almacén y de las calles internas de las estanterías; sobre todo si cuentan con gran altura

Características y beneficios

La estructura utilizada para este sistema de almacenamiento permite ayudar como soporte para las paredes de todo el sistema para la parte superior del techo, para la parte inferior de la base y para la parte central que representa las columnas.

Asimismo, también a esta estructura se ubican los cableados internos de electricidad, esencial para la automatización y en caso que se requiera la tubería del agua.

Los almacenes autoportantes consiguen aportar una gran densidad de carga lo que implica un importante ahorro por la menor inversión. También se adaptan a la perfección a almacenes que requieren trabajo en frio o en cámaras de congelación.

Entre sus principales ventajas están:

-Almacenaje a gran altura.

-Mayor capacidad en menor área.

-Aprovechamiento máximo del espacio.

-Máxima capacidad de resistencia.

-Rápida instalación.

-Disminuye costos de construcción.

-Completamente desmontable.

-Precio más competitivo del mercado.

-Permite almacenar productos o mercaderías de diversa índole.

Un almacén autoportante tiene un gran impacto sobre la rentabilidad y el aprovechamiento de espacio cuando hay una necesidad de gran altura. Además, tiene en la automatización a un gran aliado. Por ello, es una las principales tendencias de innovación y modernidad en el mundo logístico.