Gestión de calidad: clave para cadenas logísticas resilientes

julio 1, 2025

Escrito por: Redacción Logística 360

La calidad ya no es revisión final: es estrategia clave para trazabilidad, eficiencia, cumplimiento y sostenibilidad en la cadena de suministro.

En un entorno global marcado por disrupciones, regulación creciente y mayor escrutinio social, la cadena de suministro ha pasado de ser una función de soporte a convertirse en un pilar estratégico del negocio. Según el State of Supply Chain Report 2025, las empresas líderes buscan equilibrar desempeño, adaptabilidad y responsabilidad. En este escenario, la gestión de calidad se convierte en columna vertebral del valor operacional.

Yoshua Kevyn Cerna Belleza, Subgerente de Almacén del BCP, sostiene que la calidad debe estar integrada en cada eslabón de la cadena para asegurar competitividad, continuidad y confianza. Ya no basta con revisiones finales: la calidad debe gestionarse desde el diseño del proceso hasta la entrega final al cliente.

Yoshua Kevyn Cerna Belleza, Subgerente de Almacén del BCP.

La nueva complejidad de la cadena de suministro

Hoy las redes logísticas enfrentan desafíos como mayor interdependencia global, normativas estrictas y expectativas elevadas del consumidor. Cerna Belleza explica que la gestión de calidad debe ser transversal, abarcando desde la elección de proveedores, almacenamiento, distribución, hasta la experiencia del usuario.

José Antonio Peñafiel, Director de Brain Factor Perú, refuerza que la colaboración con proveedores es crucial para asegurar mejora continua. Destaca que incluso señales indirectas, como una caída repentina en la demanda, deben leerse como alertas dentro de una comunicación fluida.

José Antonio Peñafiel, Director de Brain Factor Perú.

Factores clave para una gestión de calidad efectiva

Ambos especialistas coinciden en que una estrategia sólida de calidad debe incluir:

  • Homologación y evaluación de proveedores, basada en criterios técnicos, éticos y de desempeño.
  • Trazabilidad en tiempo real, apoyada en tecnologías para monitorear cada etapa del proceso.
  • Cumplimiento normativo robusto, con marcos como ISO 9001, HACCP o BPM como base.
  • Tecnología habilitadora, desde sistemas WMS hasta IA y analítica predictiva, aplicada a decisiones críticas.

Los indicadores más utilizados incluyen OTIF, tasa de devoluciones, NPS, deterioro de inventario y nivel de cumplimiento normativo. Estos se acompañan de contratos marco con acuerdos de servicio, tolerancias y penalidades para alinear expectativas entre partes.

Peñafiel agrega que, en productos complejos, el cliente debe involucrarse directamente en la cadena de valor del proveedor. Incluso sugiere la integración vertical como estrategia, especialmente cuando se busca mayor control desde el origen.

Desafíos: digitalización, riesgo y reputación

Uno de los principales cuellos de botella que identifica Cerna Belleza es la baja madurez digital en muchas empresas, que siguen operando con sistemas manuales o desconectados. Esto impide una trazabilidad confiable, elemento crítico para sostener calidad operativa.

Peñafiel advierte que la calidad también protege la reputación de marca. Cita el ejemplo de juguetes afectados por códigos QR mal direccionados, lo que derivó en un escándalo mediático evitable. “La gestión de calidad no solo previene errores: preserva valor reputacional”.

Ambos expertos sostienen que la prevención debe comenzar desde la línea de producción del proveedor, exigiendo certificaciones y controles rigurosos. Esto no solo reduce pérdidas económicas, sino que fortalece la confianza pública y asegura continuidad.

Buenas prácticas recomendadas

Cerna Belleza propone una serie de prácticas para consolidar una cultura de calidad:

  • Auditorías periódicas, tanto internas como externas.
  • Capacitación continua, en estándares técnicos y herramientas digitales.
  • KPIs visibles y accionables para todos los equipos.
  • Documentación digital sólida, accesible y actualizada.
  • Simulación de escenarios, como método de preparación ante contingencias.

Peñafiel complementa con estrategias colaborativas como controles en planta, protocolos de entrega anticipada y stocks de contingencia, que no solo mejoran la respuesta operativa, sino que también activan procesos de innovación compartida.

Ambos concluyen que la calidad no puede delegarse: debe diseñarse desde el origen, fortalecerse mediante la colaboración y consolidarse como ventaja competitiva a través de la cultura organizacional.

Calidad, sostenibilidad y trazabilidad: una ecuación estratégica

Cerna Belleza señala que la calidad vincula procesos con métricas, personas con propósito y operaciones con ética. La trazabilidad es hoy una obligación frente a clientes, reguladores e inversionistas.

Peñafiel añade que una gestión integral de calidad —desde QA hasta control de calidad (CQ)— funciona como última barrera antes del mercado. Su ausencia puede convertir una simple falla técnica en una crisis empresarial.

Ambos expertos coinciden en que la sostenibilidad comienza con la calidad. Solo así se asegura el cumplimiento de estándares ESG desde el diseño del producto o servicio.

Datos que respaldan este cambio

  • El 82 % de líderes logísticos enfrenta barreras por tecnologías obsoletas (TradeArabia).
  • Las empresas más resilientes priorizan sostenibilidad y cumplimiento por encima de la eficiencia (State of Supply Chain 2025).
  • El consumidor actual exige transparencia y estándares ESG como base mínima.

La visión de Cerna Belleza y Peñafiel confirma que la calidad es hoy la interfaz clave entre eficiencia, trazabilidad y sostenibilidad. Gestionarla estratégicamente es fundamental para responder a desafíos operativos, éticos y normativos. Solo así la cadena de suministro podrá convertirse en un motor real de innovación y valor empresarial.

Lee el artículo completo en la edición 54 de Logística 360, págs. 66-68: https://logistica360.pe/nuestras-ediciones/

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