Pagar o no pagar por la logística ¿De verdad ese es el dilema?
enero 26, 2021
Escrito por: Jorge Choque
Plantear siquiera pagar o no pagar por la logística de la entrega de mercancías, podría parecer una ocurrencia. Algo fuera de toda duda. Pero no lo es. No para Amazon. Lo publicábamos en nuestra ventana digital la semana pasada: Amazon tiene un mensaje para aquellos que buscan devolver un artículo: quédese con él. Si no lo
Plantear siquiera pagar o no pagar por la logística de la entrega de mercancías, podría parecer una ocurrencia. Algo fuera de toda duda. Pero no lo es. No para Amazon. Lo publicábamos en nuestra ventana digital la semana pasada: Amazon tiene un mensaje para aquellos que buscan devolver un artículo: quédese con él. Si no lo han leído, háganlo, porque todo lo que pone en marcha el mega-portal de comercio electrónico marca tendencia y se extiende como la pólvora.
El argumento es que a veces “no merece la pena” la logística inversa por el coste de la recogida. En ese caso, si no quieres el producto, quédate con él. Reembolso incluido. La nueva política se aplicaría en los Estados Unidos y merced a un acuerdo con otro gigante, en este caso de la distribución comercial: Walmart. Como dato, en 2020 las devoluciones online en los Estados Unidos se acercaron al 70 por 100.
Sinceramente, no tengo estómago para esto ¿Qué va a ser lo siguiente?
Al líder de los líderes en comercio electrónico, gigante y universal, el que va marcando el camino que siguen los demás, sí o sí, cabría preguntarle cómo hemos llegado a esto. Por qué se devuelve el 70 por 100 de lo que se compra por Internet, quién ha “educado” así al comprador, quién paga esa factura logística y quién la medioambiental, algo de lo que no puede presumir Mr. Bezos… aunque lo intenta.
¿Quién lo va a pagar?
Qué justifica esta nueva política cuando la práctica habitual, y nada coherente desde el punto de vista económico y logístico, es recibir varias entregas –en este caso sin importar el valor del bien entregado por bajo que sea- de una sola compra múltiple hecha en el portal. En lugar de una sola. Yo mismo he sido sujeto de esta mala praxis.
Igualmente, quién va a pagar por ese bien rechazado, reembolsado y no recogido ¿el fabricante, el importador, el distribuidor? Porque, me temo, que no será el gigante americano.
Entiendo el fondo de la cuestión. Sobre todo el económico. Las cuentas no salen. Lo que se me antoja fuera de lugar es malcriar un retoño que por ello en una década se convierte en un “monstruo” y cuando esto ha sucedido echar balones fuera y endosar el problema a los demás. Sobre todo a la logística. El bajo precio que se paga por sus servicios trae estos lodos.
¿Qué hará ahora el consumidor “aprovechado”? Pues eso. En lugar de arreglar el problema se multiplicará. Y también las pérdidas. Se puede abrir la caja de Pandora. Y de lo que hay dentro casi nada se sabe. Solo que es terrible.
Y lo más lamentable: este es el camino más corto para desprestigiar a la logística. Para menospreciarla. Bajos precios pagados por sus servicios y escaso reconocimiento a su labor que para quien más la necesita, como Amazon –en realidad su razón de ser-, la convierten en un instrumento parece que despreciable.
Si los precios que se pagaran por la logística del ecommerce fueran los ajustados el servicio prestado y, además, transparentes, asumidos por el comprador (tanto de entrega como de devolución) y reflejaran el coste medioambiental, las compras serán más responsables. En consecuencia las devoluciones serían menores y no había que llegar a esta política que quiere poner en marcha Amazon.
Pero hay algo aún más sorprendente. Tras aparecer la noticia no he oído voz discordante alguna. Ni crítica. Ninguna.
¿Es que nadie va decir nada?
Cuídense y cuidarán a los demás, que esto no se ha acabado. Aunque queda menos.
Por: Ricardo J. Hernández
Fuente: C de Comunicación