Responsabilidad social corporativa en las empresas peruanas

diciembre 30, 2024

Escrito por: Redacción Logística 360

La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) se ha convertido en un pilar fundamental de la gestión empresarial moderna, redefiniendo la forma en que las organizaciones abordan su impacto económico, social y ambiental.

En un contexto global donde la sostenibilidad es cada vez más prioritaria, las empresas trascienden los objetivos financieros para generar un impacto positivo y duradero en las comunidades y los entornos en los que operan. Este enfoque integra prácticas responsables y sostenibles como parte esencial de su ADN corporativo, posicionándolas como agentes de cambio y progreso en la sociedad.

La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) va mucho más allá de ser una moda o un intento superficial de las empresas por quedar bien. Si bien en sus inicios algunas organizaciones podrían haber utilizado la RSC como una estrategia de marketing para mejorar su imagen, en la actualidad, su importancia radica en el impacto tangible que tiene en la sociedad, el medio ambiente y la economía.

La RSC representa el compromiso voluntario de las empresas para actuar de manera ética y promover el desarrollo sostenible, considerando las expectativas de todos sus grupos de interés: empleados, clientes, proveedores, comunidades y el medio ambiente. Este enfoque no solo busca cumplir con las normativas legales, sino también incorporar preocupaciones sociales, ambientales y económicas en las estrategias y operaciones de las organizaciones, contribuyendo así a un impacto positivo a largo plazo.

En este contexto, el concepto de desarrollo sostenible es clave para comprender las iniciativas de la RSC. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el desarrollo sostenible se refiere a satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las oportunidades de las futuras generaciones para satisfacer las suyas. Con este objetivo, en 2015 los Estados Miembros de la ONU adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un ambicioso plan global estructurado en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos objetivos abordan las tres dimensiones fundamentales del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental, estableciendo metas concretas para transformar el mundo hacia 2030.

La RSC y los ODS

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han trazado un camino claro para que las empresas alineen sus iniciativas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) con metas globales como la erradicación de la pobreza, la lucha contra el cambio climático, la reducción de desigualdades y la promoción de la igualdad de género. Estos objetivos no solo representan una guía ética, sino también una oportunidad para que las empresas peruanas asuman un rol protagonista en el cumplimiento de esta agenda sostenible.

En el Perú, donde, según el Instituto Peruano de Economía, la pobreza alcanzó un 29% en 2023 y 21 de las 25 regiones presentan niveles superiores a registrados antes de la pandemia, las iniciativas de la RSC pueden marcar una diferencia significativa. Acciones como la inclusión financiera, el fortalecimiento de comunidades rurales y el apoyo a la educación en zonas vulnerables no solo contribuyen al desarrollo del entorno local, sino que también fortalecen la relación entre las empresas y sus comunidades, consolidando su rol como agentes de cambio en la sociedad.

Retos a los que se enfrenta la RSC

La RSC enfrenta diversos retos que pueden dificultar su implementación y sostenibilidad en las empresas. Estos desafíos surgen tanto de factores internos, como la cultura organizacional, como de factores externos, como la presión del mercado y las expectativas de la sociedad. Algunos de los retos identificados son:

• Falta de alineación estratégica: En muchas empresas, la RSC no está integrada en la estrategia central del negocio, lo que la convierte en un esfuerzo aislado y no sostenible. Esto limita su impacto real y su capacidad para generar beneficios a largo plazo tanto para la empresa como para la sociedad.

• Percepción de la RSC como un costo: Algunas organizaciones ven la RSC como un gasto adicional en lugar de una inversión estratégica. Esto puede llevar a que las empresas reduzcan o eliminen sus iniciativas de RSC durante períodos de crisis económica o incertidumbre.

• Greenwashing o prácticas superficiales: Algunas empresas realizan acciones de RSC solo para mejorar su imagen, sin un impacto real en los temas sociales o ambientales. Esto no solo afecta la credibilidad de la empresa, sino también la confianza de los consumidores y otros grupos de interés.

• Falta de medición y transparencia: Muchas empresas no cuentan con sistemas claros para medir el impacto de sus iniciativas de RSC. Esto dificulta demostrar los beneficios de la RSC tanto interna como externamente y puede dar lugar a la percepción de falta de compromiso.

• Presión de los grupos de interés: Las expectativas de los consumidores, inversionistas y gobiernos respecto a las prácticas responsables de las empresas son cada vez más altas. Esto puede generar desafíos para cumplir con todas las demandas, especialmente para empresas pequeñas o en crecimiento.

• Dificultades en la integración cultural: Implementar la RSC requiere un cambio en la cultura organizacional, lo cual puede enfrentar resistencia interna de los empleados y líderes. Sin un compromiso real desde la alta dirección, las iniciativas de RSC pueden quedar relegadas o fracasar.

• Complejidad en la cadena de suministro: Asegurar prácticas responsables a lo largo de toda la cadena de suministro, incluyendo proveedores y socios, puede ser complicado. Las empresas enfrentan desafíos para garantizar que sus proveedores cumplan con los mismos estándares éticos, sociales y ambientales.

• Retos regulatorios y normativos: En algunos países, la legislación relacionada con la sostenibilidad y la RSC es ambigua o inexistente. Esto crea incertidumbre para las empresas sobre los estándares mínimos que deben cumplir y cómo implementar prácticas responsables.

• Falta de recursos en empresas pequeñas: Las pequeñas y medianas empresas (pymes) a menudo carecen de los recursos financieros y humanos para desarrollar e implementar programas de RSC robustos. Esto limita su capacidad para competir con grandes empresas en términos de sostenibilidad y responsabilidad social.

Lee el artículo completo en la edición 52 de Logística 360, pág. 68-71: https://logistica360.pe/nuestras-ediciones/

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