Vinio Floris, Director del Centro de Gestión de Agua y Medio Ambiente de GĚRENS, es una persona inteligente y abierta. Nos habla con franqueza y comenta que «Perú no cuenta con una cadena de suministro eficiente, y esto no es ninguna novedad, y lo pueden comprobar con otros especialistas en el tema», afirma. Una verdad amarga, pero que debemos digerir si queremos avanzar.

Actualmente, dicta el curso de Sostenibilidad en la Cadena de Suministro en SKEMA, escuela líder a nivel mundial en negocios, en Francia. Vinio Floris cuenta con amplia experiencia, ha recorrido diversos países por motivos de trabajo y eso le da autoridad para opinar.

Sin embargo, aclara que Perú carece de métricas para analizar su cadena de suministro con la precisión que se debería. «Existen estudios de grandes agencias con enfoques regionales o para todo el continente y tesis muy interesantes con propuestas claras, pero que no brindan una claridad sobre el tema». A pesar de ello sostiene su afirmación inicial, pues la realidad es evidente.

Eficiencia energética

Vinio Floris plantea que existen diversos indicadores claves para determinar si una cadena de suministro es sostenible. Uno de estos indicadores es la eficiencia energética, que nos habla no solo de la reducción del consumo de energía, sino también de la huella de carbono en todas las etapas de la cadena.

«En el caso peruano, lo que podemos destacar es el uso de electricidad verde, o energía limpia, que es bastante alto, alrededor del 53%. Una buena parte de esta energía es generada por centrales hidroeléctricas como Mantaro», anota.

Con el paso de los años, la matriz energética peruana ha ido evolucionando, sumando alternativas como el gas natural y los Recursos Energéticos Renovables No Convencionales (RER – NC) como la energía solar, plantas fotovoltaicas -paneles solares- y energías eólicas, entre otras.

Sin embargo, la otra cara de la moneda en este punto son las emisiones de CO2 que generan no solo las empresas. Tanto en el Perú como en otras partes del mundo el transporte sigue siendo un enorme desafío. «El transporte en el 2023 fue el mayor emisor de CO2 equivalente en el mundo», refiere Vinio Floris.

En el Perú, aún la mayoría de camiones siguen usando combustible diésel, que contiene cantidades considerables de azufre. «En Lima, mucho de ese polvo negro pegado que vemos en las casas, conocido como hollín, proviene precisamente de este diésel sucio de los motores, y que es altamente dañino para la salud», apunta.

Asimismo, los buques de carga siguen usando combustibles de muy bajo valor y con grandes emisiones de CO2, que los hace ineficientes y contaminantes. Algo que no se puede controlar en el país. «En puertos modernos como el de Houston, en Estados Unidos, los barcos son obligados a apagar sus motores y conectarse a una red eléctrica al llegar al muelle», cuenta.

Gestión de residuos

Por otro lado, Vinio Floris refiere que existen tímidos avances en gestión de residuos. «A nivel mundial, se calcula que 1560,000 millones de máscaras de cara han ingresado en los océanos en el 2020. Máscaras, guantes y cubiertas faciales han añadido unas 25,000 toneladas de plástico en los mares del mundo. Algo realmente atroz», señala.

No le sorprende que este mismo escenario se repita en el país, pues se ha avanzado muy poco o casi nada en el tema. «De lo contrario habría una buena discusión al respecto o sería promocionado por todos lados».

Remarca que existen varios desafíos en cuanto a la gestión de residuos, como por ejemplo; la implementación de infraestructura adecuada, como rellenos de sanitarios y plantas de reciclaje; una mayor educación y conciencia pública, además de una mayor y mejor regulación, etc. Perú genera alrededor de 8 mil millones de toneladas de residuos sólidos al año, de los cuales solo reaprovecha menos del 2%, a través del reciclaje y la reutilización.

Asimismo, las soluciones que se brindan para gestionar residuos por lo general se enfocan solo en una parte y no en todo el proceso, que sería lo más idóneo.

Abastecimiento responsable

Dentro de este panorama desolador, Vinio Floris argumenta que hay sectores que han tenido una gestión más eficiente de su cadena de suministro, como las grandes empresas agroexportadoras, así como mineras.

«Estas empresas han entendido mejor lo que nosotros llamamos los criterios ASG (ambiente, sociedad y gobernanza). Ellos han tenido avances porque deben exportar sus productos y demostrar que son responsables ante sus compradores o casas matrices», señala.

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