Cómo nacieron las cajas metálicas que inundan los mares del mundo y transportan mercancías
enero 29, 2024
Escrito por: Jorge Choque
Su antecedente más primitivo se remonta a unos cajones que venían utilizándose desde el siglo XVIII, en Reino Unido. Estos eran construidos de diferentes materiales, sin ningún tipo de patrón, y se utilizaban por la minería para transportar carbón.
Hoy en día, los océanos no solo están repletos de diferentes especies de animales que viven en sus profundidades y que en ocasiones se asoman a la superficie. Lo que más se puede apreciar en las aguas oceánicas son unos cajones metálicos, ordenados horizontal y verticalmente encima de grandes embarcaciones, que dan la impresión de ser una cadena de edificaciones flotando en el mar.
Estos cajones son denominados contenedores de carga, que son los responsables de contener, proteger y transportar en su interior productos hacia sus diferentes destinos. Su aparente simpleza de diseño cuadricular ha redefinido el comercio internacional y las economías del mundo, gracias a su eficiencia logística y red global.
Pocos sabemos sobre cuándo se inventó, cuándo surgió o cómo evolucionó hasta convertirse en uno de los elementos indispensables del transporte de carga.
Orígenes y desarrollo
Su antecedente más primitivo se remonta a unos cajones que venían utilizándose desde el siglo XVIII, en Reino Unido. Estos eran construidos de diferentes materiales, sin ningún tipo de patrón, y se utilizaban por la minería para transportar carbón.
No fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX que la industria naviera empieza a usar contenedores, pero con un alcance muy limitado y nada generalizado, señala un artículo publicado por El Economista.
Durante siglos no hubo cambios en el transporte de mercancías, debido a que los objetos iban apilados en tren de un punto a otro y sujetados hasta llegar al barco. En los años 20 del siglo pasado, cuando empieza a crecer el interés por el uso de los contenedores, se dan los primeros pasos en la búsqueda de una estandarización que facilite el traslado de cajones entre diferentes medios de transporte.
No obstante, en la década de los 50, lo más habitual era que en los puertos la mercancía de los barcos siguiera cargándose a mano por un batallón de estibadores, quienes tenían la misión de optimizar el espacio y maximizar los beneficios, asegurando el equilibrio del barco y evitando que pudiera volcar en una tormenta.
Y es que, en esos años, la utilización de contenedores aún no despertaba un interés generalizado. Esto era debido a las ineficiencias que presentaba, como por ejemplo el no aprovechamiento de espacio o los peligrosos problemas de estiba que generaba.
Es en ese contexto cuando aparece la figura de Malcom McLean, un empresario estadounidense que cambió para siempre el transporte de mercancías y el comercio mundial, y a quien se le considera «el padre del contenedor marítimo».
La teoría más creíble dice que en esa década de los 50, McLean llevaba años pensando en cómo mejorar la eficiencia del transporte por mar, sobre todo ante la mayor congestión que se registraba en las carreteras estadounidenses. Había pensado que la manera más fácil era subir el remolque del camión al barco, pero no resultó así.
McLean se alía entonces con el ingeniero Keith Tantlinger, que también llevaba años investigando este sistema para diseñar el contenedor definitivo. Juntos idean el primer contenedor intermodal del mundo eliminando todo el espacio desperdiciado, detalla la publicación de El Economista.
Era una caja metálica de 20 pies de largo, 8 pies de ancho y otros 8 pies de alto. Su colocación y transporte era mucho más eficiente, pero sobre todo era mucho más fácil de cargar y descargar del barco, y se podía transportar sin problemas por carretera, barco o tren.
McLean pide un préstamo bancario importante, y en enero de 1956 compró dos barcazas T-2 de la II Guerra Mundial, que modificó para transportar contenedores encima y bajo cubierta. Tras varios meses de desarrollo de la idea, en abril de ese mismo año, con 100 dignatarios invitado a bordo, el barco era cargado, partiendo de la terminal marítima de Newark con destino al puerto de Houston y con 58 contenedores en su interior. Llegó sin incidentes.
Este fue el origen del contenedor y es a partir de sus ventajas -cada vez más evidentes en aquel entonces- que comienzan a desarrollarse nuevas alternativas, que incluyen barcos más grandes, buques que pueden cargar más contenedores, contenedores más sofisticados e innovadores, y más grúas.